Jesús de Nazaret es el autor y consumidor inicial de fe. Por lo tanto, como personas que hemos decidido seguir las enseñanzas del Maestro, buscamos de su gracia, amor y misericordia a través de los textos bíblicos. Siendo específico, cuando estamos buscando de Jesús de Nazaret, lo haremos por medio de los Evangelios aunque desde el Génesis hasta el Apocálisis toda al Biblia habla de Jesucristo.

El orden canonico que se tiene hoy, nos presentan Mateo, Marcos, Lucas y Juan como los libros evangelicos de los hechos y obra del Maestro. Por una parte Mateo, Marcos y Lucas, son lo que teológicamente conocemos como los evangelios sinopticos. Estos tres tratados, se basan inicialmente por la labor hecha por Marcos, los otros dos autores, ampliaron y en el caso de Lucas quien investigó, con sus propias fuentes, las narraciones, historias y aconteceres de las últimas semanas de vida de Jesús de Nazaret y, en el caso de Lucas, lo hace preparando a la Iglesia post pascual con su segundo tratado, es, decir, los Hechos de los Apóstoles. Por otra parte, los escritos jónicos son diferentes y estaban dirigidos a otro tipo de expectadores, por lo tanto, se considera un evangelio paralelo a los sinopticos.

Ante la pregunta ¿por qué Marcos y no Lucas por ejemplo? He de responder que me debo a la guía del Espíritu Santo. A su vez, al estudiar cada uno de los evangelios, he comprendido que Marcos hace una lectura mas acorde con los nuevos tiempos, es decir, Marcos representa idílicamente a las nuevas generaciones que estamos teniendo, con sus afanes, conflictos emocionales, nuevas tecnologías, y sobre todo, intrépidos frente a los nuevos retos.
¿Por qué se presenta en tres tomos y por qué la división que se hizo? Considero que pretender presentar 326 Enseñanzas sobre Marcos en un solo libro con cerca de 900 páginas, era una empresa muy arriesgada por mi parte. Tengo en cuenta también, que es igualmente arriesgado pretender que los lectores adquieran los tres libros, pero que, esto último es menos conflictivo que la primera opción. Lo bueno de este tipo de estudios es que no obligan al lector a seguir el orden consecutivo exacto, sino que, dentro de la libertad lectora se puede leer el libro sin un orden exigente, de la misma manera, se puede leer el tercer libro, sin necesidad de leer previamente el primero de ellos.