Este texto tiene una historia, me preocupa el calentamiento global, me aterra el futuro. ¿Cuál será el futuro de nuestros hijos o nietos? Muy inteligente el que puede responder a esta pregunta.
El calentamiento global no es sólo un tema que atormenta a un autor. Es una realidad. Periódicamente los medios nos dan temperaturas récord, nos preocupamos y eso es normal. Son los que los científicos están encontrando en Siberia los que me atormentan. En diciembre, en mangas de camisa, a orillas de los mares de Barents o Kara, podemos preguntarnos sobre nuestro futuro. Una temperatura que supera los treinta grados en la costa del mar de Laptev nos presenta un peligro. El permafrost ha mantenido prisioneros a virus, bacterias, flora y fauna desde tiempos inmemoriales. Si se calienta, lo que tiene prisionero volverá a la vida. Me sorprendió leer que un mamut atrapado en el hielo podría volver a la vida.
Este es el tema de este trabajo. Es una obra de ficción, incluso los personajes que tienen una realidad se desvían.
Estamos en Rusia en una sociedad en proceso de descomposición, los cimientos de la sociedad se han derrumbado, el sálvese quien pueda se ha convertido en la regla. La democracia no es más que un recuerdo, el culto a la personalidad se lleva al extremo, incluso en tiempos de Stalin era más moderado. Putin no es un camarada, pero todavía no es un zar. Se mantiene en el poder evocando enemigos externos e internos. Su legitimidad reside en el poder de su ejército. Una ametralladora es más convincente que una papeleta. La prensa se pone en fila, una estancia en un hospital psiquiátrico ayuda a los periodistas a encontrar el camino a la razón y a olvidar ideas absurdas.
Un equipo de científicos incluso estudia en Siberia, el calentamiento global ofrece posibilidades hasta ahora desconocidas para buscar en el hielo, están buscando rastros del pasado. Trabajan al servicio del Kremlin y del ejército. El líder del equipo, el que pantalla el poder, militar y político, y científico, es una persona que abusa de sus funciones, nada es freno a sus más desenfrenadas bajezas.
El hielo se derrite, la temperatura sube, en Verkhoyansk, la ciudad más fría de Rusia, se registra una temperatura de treinta y ocho grados, hace cada vez más calor. Nuestro equipo está preocupado porque el permafrost liberará virus y bacterias. El hombre no los conoce, probablemente nunca los haya afrontado.
Descubren cuerpos de animales congelados; nunca habrían podido descubrirlos sin el calentamiento global. Todo se vuelve posible, el miedo, la ansiedad y el terror aparecen.
Los militares están cada vez más interesados en sus hallazgos. El ejército no les tranquiliza, es una fuerza de represión fenomenal.
El líder de la expedición científica está enfermo, tiene gastroenteritis, que empeora con el paso de los días, y no hay señales de recuperación. El médico admite su incapacidad para vencerlo.