San Juan de la Cruz ha sido considerado el mayor exponente de la poesía mística española. Junto con Santa Teresa de Jesús creó la orden de los carmelitas descalzos, lo cual provocó la enemistad de los carmelitas calzados. Por está razón fue recluido ocho meses en un convento de Toledo.
Las primeras 30 estrofas del Cántico espiritual, a falta de papel y pluma, fueron compuestas y memorizadas durante su cautiverio en la prisión, en 1577. El resto de las estrofas las recogieron las monjas a las que confesaba. Luego, la hermana Ana de Jesús, expulsada de España, se llevó consigo el texto y logró imprimirlo en 1622, en París y en francés.
Posteriormente, en 1627, una compañera de Ana de Jesús lo publicó en Bruselas en castellano. En España, debido a la censura que ejercía la Inquisición, este poema no se publicó hasta 1630.
El Cántico espiritual de San Juan de la Cruz (1542-1591) intenta dar forma lírica al proceso de unión del alma humana con Dios. Pretende expresar, mediante símbolos comprensibles, la sensación inefable experimentada por el poeta en el momento de esa unión.
Esta es una obra de referencia en la llamada contrarreforma española. San Juan de la Cruz propone un estilo cargado de erotismo. Así relata la aventura de unos amantes y nos ofrece una mirada sensual de la unión profunda entre lo humano y lo divino.
San Juan de la Cruz hace, además, diversos juegos de rimas y métricas. Así logra crear una sencillez y originalidad para expresar su concepción del misticismo cristiano.
Cántico espiritual es un poema de carácter alegórico. En él aparece todo el proceso místico: en la primera parte, la esposa -el alma del poeta- busca ansiosa al esposo -Dios-. Más tarde, en la segunda parte, se produce el encuentro de ambos. Finalmente, en la tercera parte, ocurre la unión amorosa, que representa la unión mística del alma con Dios.