EL TRIÁNGULO DE CONFUCIOLas figuras relevantes de la historia rara vez disfrutan al morir de los honores y el reconocimiento a que son merecedores en virtud de sus grandes acciones, muy por el contrario, se ven con frecuencia relegados a vivir en la miseria, a veces alejados de su Patria como los casos de Dante y Petrarca, o a permanecer sus obras relegadas en el olvido como el Quijote de Cervantes, o ser censuradas, maldecidas y prohibidas como las de Maquiavelo, o aun peor sufrir un cruel martirio como Jesús, por lo que en general, como seres humanos al fin, puede que en ellos surja la insatisfacción por pensar que su trabajo no sirvió para nada o que caerá pronto en el olvido.Confucio no estuvo ajeno a estos tristes e injustos malabares del destino, al final de su vida, creyó que sus esfuerzos habían sido en vano y que nunca se lograría establecer una sociedad justa e igualitaria para todos los hombres, independientemente de su estatus social al nacer. Amargo final el del sabio, que sin embargo envuelve hoy con su doctrina armónica y espiritual lo mejor de los hombres y la naturaleza humana.Es precisamente el sentido eminentemente humano de la doctrina social de Confucio en sus diferentes aspectos: ético, educativo y político, lo que ha recabado nuestra atención en los últimos años y sobre lo que hemos escrito y publicado varios ensayos, incluyendo este último que presentamos hoy.Con el "Triángulo de Confucio" se concluye el estudio sobre los códigos principales que conforman la doctrina política, social y filosófica del ilustre pensador chino de la antigüedad. Es el tercero de los tres ensayos publicados por el autor, precedido por "El Código Ético y Moral de Confucio" que fue el primero y "El Código Educativo de Confucio" que fue el segundo de la trilogía, por lo que éste pudiese también nombrarse como "El Código Político de Confucio" Al profundizar en las ideas Confucionistas nos percatamos que éstas no son elementos dispersos y aislados en los disímiles materiales achacados al autor y sus discípulos, sino que en su conjunto forman un sistema con un elemento central que es la ética y la moral, y que incluso dentro de ésta los valores se encuentran estrechamente relacionados, pues para su autor las virtudes no están solas ni existen de forma independiente, sino relacionadas con otras virtudes o valores humanos.Sobrepasando el marco de la Ética nos dimos cuenta que aunque ésta constituye el eje central de su teoría ésta se encontraba estrechamente relacionada con la Educación y sobre todo con la Política, porque en definitiva el objetivo del viejo maestro era básicamente formar hombres extraordinariamente preparados e imbuidos de elevados valores humanos y conocimientos obtenidos mediante el esfuerzo personal y la educación, para dirigir una sociedad justa en la que los ciudadanos gozasen de todo el bienestar espiritual, físico y material posible.Confucio estaba claro que una sociedad justa solo podía estar gobernada por estas personas de elevados principios seleccionados por sus méritos de todos los sectores y estratos sociales, en contra de lo acostumbrado y normado, incluso sancionado hasta entonces, en aquella sociedad clasista de explotación despiadada de las clases más bajas por las consideradas como "superiores".Todos los esfuerzos de Confucio estuvieron destinados a introducir sus ideas altamente progresistas en los círculos de gobierno de la sociedad que le tocó vivir, pero a la que su condición social no le permitió entrar y en esencia ni acceder incluso a puestos relevantes que le permitieran poner en práctica sus doctrinas. Esto no lo logró y seguramente sería una incertidumbre que lo acompañaría hasta la tumba, porque ni siquiera en los reinos vecinos se le permitió poner en práctica tamañas ideas que ponían en peligro los privilegios de las castas "superiores" que ostentaban el poder.