Los hyphomycetes acuáticos son microorganismos fúngicos que están presentes en los ecosistemas dulceacuícolas, en su forma imperfecta (ascomicetos y basidiomicetes asexuales), adaptados para crecer, reproducirse y dispersarse en dichos ambientes, debido a su potencial descomponedor del material vegetal sumergido, principalmente en sistemas loticos (Bärlocher, 1992), pero en menor grado en lagos o lagunas (sistemas lenticos) (Da Silva et al., 2019). La colonización realizada por estos hongos en ríos o riachuelos, se da en hojas, madera, flores y frutos, estableciendo un valioso eslabón en la cadena trófica, entre el diverso material vegetal sumergido y los macroinvertebrados acuáticos, conformando una comunidad constituida por los conidios libres en el cuerpo de agua y los conidióforos desarrollados en la superficie de los sustratos (Descals y Moralejo, 2001), de tal forma, se catalogan como bioindicadores de calidad ambiental, ya que su presencia se asocia a buenas condiciones microbiológicas y fisicoquímicas del agua (Fernández et al., 2017).
Los hongos ingoldianos o hifomicetos acuáticos son un grupo filogenéticamente artificial y heterogéneo de hongos imperfectos (Ascomycota y Basidiomycota) microscópicos, que producen conidios cuya morfología hidrodinámica (forma de estrellas o tetrarradiadas, sigmoides, fusiformes y esféricas) facilita su suspensión (Bärlocher, 2000), primor- dialmente en los cuerpos de agua corriente claros y limpios, de moderada turbulencia y bien aireados (Ingold, 1975). Estos microorganismos fúngicos pueden considerarse bioindicadores de calidad de agua, ya que ecológicamente, juegan un rol funda- mental en el ciclaje de nutrientes y suministro de ATP en el ecosistema dulceacuícola, en particular en el primer nivel trófico del sistema lótico, como ríos y riachuelos (Schoenlein-Crusius y Piccolo, 2003), siendo necesario para su óptimo desarrollo, excelentes condiciones fisicoquímicas y microbio- lógicas del agua (Fernández et al., 2010; Fernández y Smits, 2015).