Prefacio Este prefacio es importante, sobre todo para los lectores principiantes, ya que en él preparo el lector a la descubierta de "Laberinto Emocional", indicándole sus trazos generales (pero sin difundir las guiñadas inesperadas de la obra), y suscitar el deseo de que sigan adelante con la lectura. Puede parecer extraño, erro es verdad. Brasil, país con más de doscientos millones de habitantes, tiene sólo dos mil librarías y la mayoría de sus ciudadanos no gana lo suficiente para comprar una cesta básica digna, que dirá libros, por eso mismo no pueden absorber una mínima porción literaria. De ahí surge la miseria de quien escribe, de los hombres que viven a la orilladle la lujuria para producir algo sustancial. Literalmente hablando, son pocos los enajenados que venden su ideología y su creencia en el tesoro poético-filosófico para que vivan borrachos con el vino de la vanidad. Ellos escriben una gran cantidad de basura destinada a alimentar, como también saciar el apetito de las mentes deformadas por el lisiado social e cultural. Hay los que escriben para millones de rudos que fingen entender lo que leen, mientras otros se satisfacen en escribir para tres o cuatro lectores conscientes que no sólo comprenden como también comparten los pensamientos que absorben. ¿Qué estos recogen en la mies infructuosa? Contesto: muerte prematura, ceguera y suicidio de la incomprensión. Vale recordar al lector algo muy importante acerca del tema arriba: el autor de "Don Quijote, Miguel de Cervantes ha muerto en la miseria después de ser engañado por el editor de la primera parte de su obra singular". No tengo ningún amigo ilustre, no conozco ningún "inmortal" de la Academia Brasileira de Letras por eso, para que mi libro no saliera incompleto, yo mismo escribí este mini argumento introductorio. Para tal, tuve como referencia el prólogo de Machado de Assis en "Memórias Póstumas de Brás Cubas". Pero muy consciente del objeto de esta mi obra, ataré con las corrientes de la indignación mi espíritu crítico para no cansar lector algún. No tengo la pretensión de convencer al lector de que "Laberinto Emocional" se trata de un nuevo fenómeno literario, e incluso aconsejo a los señores que escapen de los dichos fenómenos, de cualquier área de actividad profesional. "Laberinto Emocional" es una obra de borrador e inacabada, tal vez mi punto más alto que podría llegar. No quiero hablar mucho del psicológico de los personajes, ni tampoco entregar de azafate de plata sus cabezas, defectos y desviaciones de conducta. Espero astuto lector, que usted se identifique con algún personaje, pues "Laberinto Emocional" trae personaje y situaciones comunes del cotidiano, con nuestros defectos y virtudes. Pero vale señalar que mi intención es revelar más defectos que virtudes. Las novelas, no raro, presentan una riqueza de detalles descriptivos. Sin embargo, en "Laberinto Emocional", no he utilizado este expediente psicológico material, porque cansaría al lector. En Kafka y en Camus podemos verificar que la belleza de sus obras no reside en el sitio o en una cronología temporal. El mundo de Proust, al contrario, tal vez por ser más glorioso, añade dos conductas, una riqueza inmensurable psicológica, sobre todo en la disección del espíritu dl celo, y una contextualización histórica con sus matices materiales. En "Laberinto Emocional" además de añadir tales conductas, no hay espacios confortables ni pasajes paradisíacos, sin embargo, las alegrías, así como en la vida real son pasajeras y la muerte es un tema constante.