Los años han pasado y la madurez ha llegado a la vida de Audacio, quien, antes de darnos cuenta, se ha soltado del brazo de su padre espiritual, rompiendo las ataduras de su propia "camisa de fuerza" y encaminándose por la senda de la libertad y la transformación social, sin el más mínimo temor a sacrificarse. En esta tercera -¿y última?- parte, participamos nuevamente del proceso de iluminación de un joven entusiasta, esta vez, en su etapa final, cuando el llamado de la responsabilidad lo invita a emprender un camino completamente distinto, donde reinan las sombras y los héroes brillan con fulgurosa luz propia.Me siento muy afortunada por lo que sucede. Estoy llena de alegría y amor, y estas cosas suceden simplemente por sí solas, aparecen como por sí mismas.Basta con leer el libro escrito por un cierto R.P. Müller: las cosas están todas ahí, a veces muy claras, cálidas; otras veces, ensombrecidas por algo que es difícil de comprender para mí, pero todo está ahí."El que no está herido, ama por sí mismo, en forma automática y sin esfuerzo."El libro ha hecho la vida tan increíblemente fácil, tanto que llegué a la conclusión de que esto no puede ser una coincidencia: hay una gran intención detrás de esto, y alguien/algo me protege. Este alguien/algo, este nuevo estado, lo amo con todo mi corazón. Lo amo por permitirme un nuevo comienzo en mi existencia. Esta alegría, esta felicidad siempre profundamente sentida, no es mi mérito, eso lo sé con seguridad, así que trato de servir a "Eso" más alto que yo para, a su vez, entender lo que significa para mí.Así "Eso" vive, siente, me ama, ríe a través de mí, llora a través de mí, es bueno a través de mí. Y tengo el presentimiento de que este encuentro con su libro también me ayudará a prepararme para el otro lado de la vida. No soy ciega, "Eso" lo ve, ve este otro lado, en todas partes, pero es mucho más; ve en todo el gran anhelo de amor que hay en todos nosotros: algunos lo aclaman de una manera casi grotesca, otros son afectuosos, devotos, agradecidos, ayudan, desean cambiar. Trataré de ayudar lo mejor que pueda a calmar a los primeros y animar a los segundos a continuar.El autor pone tanto corazón en esto, lo busca con su mirada; por eso lo siento y considero como algo sagrado.En su libro, encuentro explicados en blanco y negro los principios de mi vida y tantas cosas que "sé", pero los patrones detrás de ello no estaban del todo claros para mí. ¡Trajo cosas a mi conciencia, gracias por todo! Ahora dejo que se sumerjan de nuevo en el inconsciente, para que continúen dirigiendo automáticamente el sentimiento directo hacia las cosas, porque eso es lo que dice en el libro una y otra vez, con razón: el pensamiento interfiere el sentir profundo.Ese fue el monólogo mientras desayunaba.¡Que acompañe tu café como un buen croissant francés!Carta de una lectoraLas Enseñanzas de Don LucioTercera IniciaciónLa Práctica Espiritual