La madre naturaleza es una novela de Emilia Pardo Bazán publicada en 1887. Esta obra es la conclusión de la historia de Los pazos de Ulloa. Es uno de los ejemplos más emblemáticos del naturalismo en España. Aunque está muy lejos del naturalismo de Émile Zola, comparte algunas de las características de esta corriente literaria, pero, en general, muy atenuadas.
Las dos novelas comparten personajes y escenarios, aunque es evidente que el carácter y la finalidad no es la misma. La primera, Los pazos de Ulloa, es una novela de acción centrada en la descripción de la situación política, social y religiosa de la decadente nobleza rural gallega de finales del siglo pasado.
En ese ambiente un intruso, el párroco Julián, por su naturaleza devota, buena y serena, se encuentra arrastrado por los acontecimientos. Sin embargo, es incapaz (por ignorancia o cobardía) de hacer nada para cambiarlo.
En cambio, La madre naturaleza, se centra en la siguiente generación de la misma familia. Así muestra cómo los pecados de los padres condenan a los hijos o, por usar la terminología naturalista, cómo el medio y la herencia genética condicionan la existencia de las personas.
En este caso el intruso, Gabriel Pardo, se compromete personalmente en los hechos. A diferencia de la novela anterior, este relato muestra un tono más intimista y reflexivo sobre la naturaleza humana.
La madre naturaleza es una defensa del naturalismo cristiano, ante al imperio de la naturaleza humana. Aquí se relata el amor incestuoso de los hermanos Perucho y Manuela. Aparece una nueva generación, los personajes centrales de la historia y los conflictos intensos de sus vidas. La trama describe esta pasión prohibida con ese naturalismo a la española que la autora defendió en sus ensayos.