Mujer de Pura Casta Final de la Historia

MUJER DE PURA CASTA
El FINAL DE LA HISTORIA
Introducción
Es un deber y un honor escribir por el amor que sentimos con humildad en el alma hacia nuestro Jesucristo Redentor por la virtud de darnos el don de poder comunicarme con cientos y cientos de lectores que leen mis libros. Ya son como familia al agradecer los mensajes de superación que en ellos se detallo y refuerzan aquellos elementos que son parte de la familia, en sus vidas, y, con humildad acepto, que en la mía. Es mi cultura. Gracias a mi esposa, mujer de grandes méritos por su respaldo absoluto, su tiempo, su amor a nuestra familia, nuestros hijos, por lo grande que son, por ser excelentes mujeres, puras en su quehacer y hombres que se superan y convierten en buenos ciudadanos. Reconozco a mis hermana(o)s; y familiares que me ayudaron a tomar el riesgo de incluir algunas escenas puras de nuestro diario vivir familiar e incluirlas para afianzar la cultura, el tema del libro que presentamos ante ustedes con humildad y respeto. A mis queridos viejos: los amo con el alma pues sembraron amor, respeto, humildad y honor y cosechan el fruto de su esfuerzo pues fueron puros y son el bastión familiar que atesoramos y mantiene unidos a la familia Marengo Rios afianzando asi nuestra cultura. Jesucristo nos libera del riesgo que implica escribir sobre materias tan intrínsecas y redactar un libro tan abarcador como lo es Mujer de Pura Casta. A los lectores que me dijeron que habían 'cabos sueltos', pureza en las vidas de los integrantes del primer volumen, recibí sus criticas con pura humildad. Era una obligación hacerlo si quería afianzar nuestra cultura. Por ello, por el amor que nace de esta narración, es mi honor de agradecer con el alma a esos amigos guiados por Jesucristo como es la señora Gloria Vidal de Albó, gran escritora, defensora de la cultura y mujer, excelente ser humano, espiritual, con pureza y Jesucristo en su alma. Ella es parte de la familia por ayudarme a encaminarme por estos senderos de las escrituras; al doctor Israel Suárez, hombre dirigido en su vida por Jesucristo, por su amor a nuestra cultura y su aportación en la redacción del prólogo de otro de mis libros: Triste Regreso-La Diáspora Puertorriqueña. Siento un gran honor reconocer al Dr. Javier Heredia Vélez por su constante ayuda y respaldo como amigo y escritor que entrega el alma cuando redacta y defiende lo nuestro con pura honestidad. Jesucristo me ha enseñado a ser humilde y agradecer con el alma y eso hago con amor para todos los que ayudaron en este relato. Honor a Mi Dios que es quien nos da vida y el don de escribir lo que ustedes, mis lectores, tienen ante sí. Por tener a Jesucristo en su vida, en su alma y exponer pura y sencillamente su gran amor, superación, sensibilidad cultural y humanismo que nos une reconozco tambien a la gran mujer que es la profesora Carmen Rivera Rodríguez. Fue ella quien, al haber leído la primera parte de Mujer de Pura Casta y, lo impactada que quedó con su lectura, le pedí que escribiera el prólogo de esta segunda parte. No habría nadie mejor que pudiera poner el alma pura al escribir y llevar el mensaje puro, claro, definido a los lectores con tanta sensibilidad, sinceridad, humildad y buen gusto. Mi sincero agradecimiento por su entrega y habilidad para encontrar y definir la fibra, el alma y la vibra cultural que son parte de estos paisajes y este libro. Mis respetos y agradecimiento. A mis lectores por sus muestras de amor, cariño, emotivos comentarios que me hacen pensar que soy escritor. Mi vida se engrandece y puedo reafirmarles que no hay nada más importante que Dios y la familia. ¡Gracias por su respaldo! Con humildad y amor se los confieso.
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