La conciencia se manifiesta en varios planos de realidad que están interconectados entre sí.
En estos planos se encuentra la permanencia del espíritu único del ser, el cual puede experimentar diferentes realidades mediante el uso de su propia imaginación.
El espíritu puede manifestarse literalmente en diferentes construcciones de espacio-tiempo, lo que explica por qué es posible viajar astralmente a otros planetas o dar saltos cuánticos a realidades paralelas.
Por otro lado, siempre que el alma encarna en un determinado plano de la realidad, como el planeta tierra, puede encarnar en diferentes períodos de la historia, sin estar en un ciclo de tiempo obligatorio como lo conocemos. Así, un ser humano del futuro puede reencarnar fácilmente en cualquier época pasada y viceversa.
Por eso el tiempo no es sólo una ilusión y científicamente comprobable, sino una ilusión necesaria como tantas otras. El tiempo ayuda en nuestro desarrollo y comprensión de la mecánica de la vida.
En esta línea de percepciones, debemos conocer y explorar estas dinámicas con una perspectiva pragmática, y comenzamos por preguntarnos: ¿Quiénes somos y por qué vivimos?
Esta cuestión, entre muchas otras, se aclara aquí, llevando al buscador a la misma observación que Galileo Galilei, cuando dijo: "Todas las verdades son fáciles de comprender en cuanto se descubren".
Esto es posible a través de un enfoque espiritual que integra múltiples perspectivas religiosas.