El nuevo orden es más que una invitación a la reflexión, es un llamado al ser humano que tal vez está enfrentando el cambio más trascendental de su existencia, el cambio de su propio mundo a una nueva era donde se consolidará tanto el desarrollo espiritual como el intelectual.En las siguientes notas extraídas del contenido de su obra, Martiniano Colina nos da algunas pautas de ese nuevo orden que se encuentra en su amanecer. Sus pensamientos llevan su sinceridad, sus conocimientos y sus creencias fehacientes."El nuevo orden está viniendo y en ese sentido en los pueblos se van a permitir crecimientos, desarrollo y progreso verdadero"."El fundamento del nuevo orden va a empezar por la raíz hasta llegar a las ramas, y no se ha de hacer como ha sido costumbre y tradición desde el principio mismo de la humanidad, hasta hoy"."El nuevo orden pondrá todo en su lugar por supuesto, y no será a través de imponencias, porque el mérito del nuevo orden se debe a que no hará lo que los llamados de arriba han hecho con los llamados de abajo, en esto radica la grandeza del nuevo orden y ya se están empezando a ver algunas cosas"."El nuevo orden está empezando a tomar forma y el que no se embarque en este barco se quedará en el puerto del olvido... Afortunadamente, en este año 2013 hemos empezado a viajar en el barco que nos llevará al destino donde podremos alcanzar una verdadera y real elevación, varias veces por encima de la que estamos ahora. Este barco se llama EL NUEVO ORDEN, y los que se embarquen en él continuarán viajando por la eternidad, ya que esta es la última dispensación del cumplimiento de los tiempos; por lo tanto, de ahora en adelante, el que tome este rumbo empezará a vivir un nuevo mundo, ya que dentro del planeta Tierra han existido muchos cambios dentro del mundo, pero no un cambio de mundo. Esto sucede por primera vez dentro del planeta Tierra..."
About the Author: Martiniano Colina nació el 10 de febrero de 1934 en La Chapa, pequeño pueblo del estado Falcón, Venezuela. A los 12 años de edad se muda a la ciudad de Coro, capital del estado Falcón. A los 17 años se alista como voluntario en las Fuerzas Navales de Venezuela. En 1956 regresa a La Chapa. A los pocos meses se gradúa rápidamente como agente policial del Distrito Federal y se desempeña como tal durante algunos meses. Regresa a Puerto Cabello, donde arrienda por un corto tiempo un bar restaurante llamado Miami. En 1958 se traslada a la ciudad de Tejerías, en el estado Aragua, donde trabaja como operador de maquinarias pesadas para la empresa privada Opublín. Tras la caída del General Marcos Pérez Jiménez, presidente de Venezuela, lo nombraron comisionado para controlar varias zonas del estado de Aragua, luego es trasladado a Caracas para realizar tareas policiales y posteriormente para desempeñarse como agente del Servicio de Información e Investigación. Poco después, tras un alzamiento militar en Puerto Cabello, se desempeña como Guardia Nacional, donde llega a prestar servicios en el Servicio de Inteligencia Militar. Posteriormente trabajó en la Policía Técnica Judicial. Entre 1970 y 1973 trabajó en el área de publicidad comercial. Desde 1973 hasta 1979 trabajó en el Consejo Supremo Electoral y como oficial del Congreso de la República bajo la jefatura del ilustre Dr. Hilarión Cardozo. Cuando el Dr. Cardozo es nombrado embajador de Venezuela ante la Organización de los Estados Americanos en Washington, D.C., a mediados de 1979 viaja en calidad de jefe de seguridad. Al término de las funciones como embajador del Dr. Cardozo, Colina queda al servicio de los nuevos representantes de su país. Después desempeña el mismo cargo para el señor Luis Gonzáles Posada, embajador del Perú ante la O.E.A., y su sucesor, el señor Edmundo Haya de la Torre. Al concluir su trabajo para los embajadores del Perú, Martiniano Colina decide independizarse y desarrollar un lucrativo negocio de distribución de medios masivos de comunicación en Washington, D.C., Maryland y Virginia, negocio que mantuvo hasta su jubilación en el año 2006. Ese mismo año se traslada a El Salvador donde reside hasta el infortunado deceso de su esposa, la señora Alicia Esperanza Iraheta Campos de Colina, acaecido debido a una súbita enfermedad en marzo del año 2013. Desde entonces reside en Sterling, Virginia, preparando para su publicación los libros que está escribiendo desde hace muchos años.