Odessa

La ODESSA, u Organisation der Ehemaligen SS-Angehörigen (Organización de Antiguos Miembros de las SS), parece bastante plausible en comparación con algunas leyendas de la Segunda Guerra Mundial. Al lado de las historias de Hitler intentando obtener poder de la Lanza de Longinos o del Santo Grial, o de los japoneses enterrando oro en países extranjeros que miles de buscadores de tesoros no han podido localizar en los años transcurridos desde entonces, la idea de una organización que permite la huida de miembros de las SS y otros nazis resulta modesta y creíble.
La huida de cientos de nazis a Sudamérica y Oriente Próximo es un hecho histórico, no una leyenda. Algunos de los miembros más viles de la jerarquía nazi, como el Dr. Josef Mengele y el asesino en masa Adolf Eichmann, se escabulleron de Europa y pasaron años o décadas a salvo de represalias. Allí, según sugieren algunas pruebas, trabajaron para derrocar la democracia occidental, a menudo con el apoyo incondicional de extremistas islámicos y la ayuda de dinero en cuentas bancarias suizas.

Simon Wiesenthal, el famoso cazador de nazis, afirmó que la ODESSA existía. Algunos historiadores proponen que Wiesenthal puede ser, de hecho, la fuente original que planteó la realidad de la red. La realidad de la ODESSA y de sus organizaciones sucesoras, como "Die Spinne" ("La Araña"), sigue siendo objeto de debate y contención históricos. Algunos historiadores notables y muy cualificados sostienen firmemente que la ODESSA representa un fantasma, mientras que otros autores hablan con la misma seguridad de su existencia.

La ODESSA surgió supuestamente de una reunión celebrada el 10 de agosto de 1944 en Estrasburgo entre varios funcionarios nazis y agentes del poder financiero e industrial alemán. Ante la inminente derrota del Tercer Reich, los reunidos redactaron supuestamente un protocolo de actuación para el futuro, que decía en parte: "La dirección del partido es consciente de que, tras la derrota de Alemania, algunos de sus dirigentes más conocidos podrían tener que ser juzgados como criminales de guerra. [...] El partido está dispuesto a prestar grandes sumas de dinero a los industriales para que cada uno de ellos pueda crear una organización secreta de posguerra en el extranjero, [...] para que tras la derrota pueda resurgir un Reich alemán fuerte." (JVL, 2016, Web).

Wiesenthal amplió estas afirmaciones con detalles sobre el supuesto funcionamiento de la ODESSA. Las redes informales podían, por supuesto, duplicar muchos de estos métodos sin necesidad de una organización paraguas formalmente establecida. El hecho de que muchos judíos también abandonaran Alemania inmediatamente después de la guerra utilizando las mismas rutas y ayudantes sugiere un motivo mercenario neutral por parte de quienes facilitaban la huida, en lugar de la pertenencia a una organización secreta nazi como principal motivación.

La descripción de Wiesenthal indica una serie profesionalmente compartimentada de "células de escape", en la que el descubrimiento de una célula no podía hacer caer toda la red: "ODESSA estaba organizada como una red minuciosa y eficiente [...] Cada cuarenta millas había un refugio atendido por un mínimo de tres y un máximo de cinco personas. Sólo conocían los dos refugios circundantes: aquel del que les llegaban los fugitivos y aquel al que debían entregarlos sanos y salvos". (Levy, 2002, 111).

Algunos historiadores señalan el libro de Wiesenthal Justice not Vengeance (Justicia, no venganza), publicado por primera vez en 1967, como el origen del concepto de ODESSA. Este libro dio lugar a la novela de suspense de 1972 El expediente Odessa, de Frederick Forsyth, y a la película homónima de 1974 dirigida por Ronald Neame, que a su vez introdujeron a la organización en la conciencia pública. Sin embargo, la CIA al menos parecía creer en la existencia de la ODES