About the Book
A fines de los años 50, Alberto Cortez, cantante peruano de música tradicional cubana había conseguido fama en América y Europa, actuando en la inauguración de la TVE, interpretándose a sí mismo en una película española, y compartiendo escenario con los más famosos artistas de la época, como Tongolele, Isolina Carrillo, Celia Cruz, María Félix, Fernando Fernán Gómez, Xavier Cugat, Mr. Babalú, Carlos Julio Ramírez, Yma Súmac, Sara Montiel, Xiomara Alfaro, Charles Aznavour o Nat King Cole.Sin embargo, en 1960 apareció un cantante argentino llamado José García Gallo que grabó un disco suplantándolo y se hizo de fama a costa de un nombre artísticamente acreditado. Por este motivo, el verdadero Alberto Cortez lo denunció en la prensa de Europa y América, obtuvo el registro de su propio nombre en España, querelló a García Gallo en Bélgica, Francia, España y Portugal, procesos judiciales que llevaron a la detención del impostor en Barcelona. Lamentablemente, José García Gallo había ganado un festival de música con el nombre "Alberto Cortez" y tenía un poderoso sello discográfico protegiéndolo y terminó enviando al ostracismo al Alberto Cortez "El Original" y reescribiendo una historia en la que el peruano no existía. Esta es una historia donde el mal triunfa pues hoy el mundo entero ve a José García Gallo como a un hombre puro y noble, un gran soñador que escribe preciosas canciones y canta con filosofía a las cosas simples de la vida, pero todos ignoran que comenzó su carrera artística destruyendo a un veterano artista y levantando castillos en el aire con un nombre que no le pertenecía.A pesar de todo, éste no es un libro triste, ni de denuncias ni de escándalos, sino un texto de historia de la música latina de los años 50 y 60, con decenas de anécdotas y fotografías de esos cantantes con los que actuó Alberto Cortez, "El Original" y famosos artistas que cruzaron por su vida como Manuel Benítez "El Cordobés", Ava Gardner, Salvador Dalí y Tres Patines. Además, Alberto Cortez nos desvela la entrañable amistad que entabló con Bebo Valdés (con quien integró la Lecuona Cuban Boys), Dámaso Pérez Prado y Benny Moré.Un momento crucial del libro de Alberto Cortez "El Original" es cuando se encuentra por primera vez con su suplantador José García Gallo: -------------------------------"Una mañana de 1960 fuimos, el vicecónsul de Bolivia y yo a la discográfica belga a reclamar porque estaban usando mi nombre en un disco. En un pasillo, había un jovenzuelo de unos 20 años tocando el piano, yo no lo conocía en ese momento, pero era José García Gallo, quien al verme se levantó rápidamente y dirigiéndose a mí, me dijo: -Señor Cortez, yo no sabía que usted se encontraba en Bélgica, por favor, no vaya a hacerme un escándalo aquí.-¿Y quién es usted? -le pregunté.-Yo soy quien ha usado su nombre para grabar un disco -me respondió él, muy cínico y sin vergüenza alguna-. ¡Pero no se preocupe, no lo usaré más, me lo voy a quitar! Y por favor, ¡no se enoje!El vicecónsul habló con el gerente de la discográfica en mi nombre: -Pero, ¿qué significa esta suplantación? Esto es una estafa. Aquí hay delito. Tendría pena de cárcel, y si llega a los periódicos se armaría un escándalo de los grandes.El gerente, abochornado, explicó -Yo había estado buscando a Alberto Cortez, tan conocido ahora en Europa, y me encontré con este joven que se identificó como "Alberto Cortez" y hemos grabado un disco, El Sucu Sucu. Ahora, si él no es Alberto Cortez, ese no es nuestro problema. Supongo que es una coincidencia, que es un homónimo.-No, señor gerente -reclamé yo-, no podría ser porque mi nombre ya está acreditado, durante muchos años en Europa. Un nuevo artista no puede comenzar su carrera usando un nombre acreditado porque sería una suplantación. -Señor Cortez, mil disculpas... -dijo García Gallo-, ha sido un error mío, pero le juro que nunca más volver